Da lo mismo donde nací, porque si yo no estoy otro estaría allí. Hay uno como yo en todos lados.
No soy la piedra que te va a hacer tropezar, no soy el fin de semana que te va a echar a perder, no soy la cerveza que te va a caer mal; no soy yo: es la circunstancia.
No soy el reflejo que te va a hacer cambiar de rumbo, ni el espejismo que te va a encandilar. No soy la oveja negra que te hará avergonzar ni el hijo prodigo que cuando menos lo esperas va a regresar.
No pretendo ser una de esas mansas palomas que con solo sacudir el brazo se va a espantar. Me es más fácil decirte lo que no soy, porque lo que soy depende de cómo tú y yo nos vamos a tratar.
He sido el tío que se hace pasar por padre, el hijo que se hacer pasar por abuelo, el nieto que se hace pasar por hijo. El mismo que se pierde y ni el mismo sabe cuándo va a regresar. El cometa es más predecible que yo, entonces no creas conocerme porque hace tiempo no soy quien dicen que soy: soy la piedra que te va a espabilar, la taza de café que te va a aliviar, el amigo que cuando más lo esperas te va a defraudar.
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