jueves, 14 de febrero de 2013

Crisis de identidad

Ausente. Así estoy. Como una sombra.

Flotando, sin ganas de sacudirme la somnolencia que me invade. Si, ya sé que debería estar de buen ánimo. Magallanes recién quedó campeón y tu sabes más que nadie lo fiebruo que soy con eso de la pelota. Pero que va, la emoción fue muy efímera. Digamos que tal vez ya suponía que el equipo iba a ganar, entonces más que celebración fue confirmación de un hecho que daba por contado. Entonces, para matar la ladilla me puse a limpiar el apartamento. Pasé el trapo por sitios donde normalmente no lo hago, hoy quise hacerlo todo bien. No es un día normal para nosotros, entonces voy a hacer lo posible por que parezca especial. Vine aquí con la idea de escribirle algo a mi mamá y resulta que las palabras me llevan a otro lado. Hoy no es fácil concentrarme en otra cosa que no tenga que ver contigo. Se lo importante que es esta fecha para ti. Bien claro me lo dejaste saber desde el principio. Pero estoy solo ¡coño! Y libre de paso. Revisé en el calendario y el año pasado estaba trabajando, tal vez por eso no me afectó tanto.

Estos son los días (como hoy) que hacen que esta empresa de emigrar no sea para todo el mundo. Hay que ser fuerte. Hay que ser desprendido. Hay que ser iluso. Soñar a menudo con escenarios diferentes a este frío cuarto donde estoy. El mañana es incierto, todo me causa dudas, incluso en estos días me sorprendí diciendo en voz alta mientras manejaba:"doceunosieteseistresnuevedos". Resulta que ese número de cédula es mi ancla con el lugar donde quiero estar. Mi ID de aquí es tan ajeno, tan superficial. En cambio mi cédula tiene un significado especial. Aún recuerdo el día que me la fui a sacar, con mi mamá acompañándome por supuesto. Camisa de cuadros, aceite mennen en el cabello y un kilométrico para la firma. Juraría que mi mamá se acuerda -al menos de la foto- también. Ella y su brazo quemado, yo y mi impotencia por no poderla abrazar. También te quiero abrazar a ti, sobre todo hoy. Estoy consciente de lo duro que es para ti no tenerme cerca, no encontrarme cuando dormida me buscas a tientas. Yo aquí, poniendo todo en orden, como si me fueras a llegar por sorpresa. Como si pudiera trastocar la realidad.

4106763 es el número de cédula de mi mamá. Siempre fui bueno para recordar cifras, y malísimo para recordar fechas. Pero la de hoy no se me olvida, el treintayuno de enero -de un tiempo para acá- se me ha hecho especial. Feliz cumpleaños Iraima. La foto me la tomé el año pasado antes de aquel juego de fútbol, tal vez te acuerdas de la ocasión, tal vez mi mamá también recuerde cuando fue que hice mi primera comunión. Besos a ambas, gracias mil gracias por tanto amor.