viernes, 8 de agosto de 2014

Malaya




Mi álter ego,

mi encuentro conmigo mismo,

mi refugio en la web,

mi paz frente al abismo.



Claro como el agua,

cambiante como el viento,

de correr y leer algo queda,

pensar es un alivio al sufrimiento.



La Soledad tiene sus encantos,

el precio es lo que lamento,

a veces un poco alto,

otras veces un aturdimiento.



Quisiera escribir sin roces,

poner las palabras como las pienso;

sentir que bailo sin música,

sin vergüenza, ni tropiezo.



No todos leemos lo mismo,

aunque lo escrito sea un testamento,

Cada quien interpreta a su manera,

yo lo hago según me siento.



Un poema y una flor,

no hay nada más cursi que eso,

me ganó mi lado débil,

malaya la fuerza del verso.