No hay manera más fluida de comunicarse que como lo hacen ellos, tan natural, inmune a palabras inexactas o malentendidos.
Mi abuela, la única que nos queda, porque Dios quiso que fuera así.
Mi abuela, la que mantiene a la familia unida, aunque sea por raticos.
Mi abuela, una razón para seguir luchando; un viaje que no se piensa dos veces sino el lamento será eterno.
MamáOlga, pedirte la bendición una vez más nunca valió más la pena, valga la redundancia.
que maravilla que es el amor
ResponderEliminarMamá Olga.
ResponderEliminarOlga Marina.
30/10/1928.
C.I.737.677
¡Dios te bendiga!