No hay manera más fluida de comunicarse que como lo hacen ellos, tan natural, inmune a palabras inexactas o malentendidos.
Mi abuela, la única que nos queda, porque Dios quiso que fuera así.
Mi abuela, la que mantiene a la familia unida, aunque sea por raticos.
Mi abuela, una razón para seguir luchando; un viaje que no se piensa dos veces sino el lamento será eterno.
MamáOlga, pedirte la bendición una vez más nunca valió más la pena, valga la redundancia.